lunes, 6 de agosto de 2012

La homeopatía estimula a los espermatozoides, igual sí, pero va a ser que no es homeopatía

Hoy, día en que la ciencia de verdad ha colocado un robot a más de 200 millones de km, el servicio de búsqueda de artículos sobre biomedicina PubMed me trae un artículo con el siguiente título:

Effects of two homeopathic complexes on bovine sperm mitochondrial activity

Un par de comentarios. Primero, sobre el estupendo sistema de búsquedas automáticas de PubMed. Si no lo conoces, te invito a crearte una cuenta (gratuita, como todo lo demás del sitio del NCBI) y a programar una búsqueda. Sencillamente, se trata de que con la periodicidad que desees, PubMed realiza la búsqueda que desees y te envíe los resultados al correo. Indispensable para estar al día de nuevos hallazgos en tu campo.
En segundo lugar, ¿qué pasa con la homeopatía? Hay que puntualizar, porque generalmente se confunde este término con fitoterapia (aprovechamiento de plantas con propiedades curativas) o similares. Brevemente, la homeopatía consiste en realizar diluciones de una sustancia que provoca síntomas similares a las de una enfermedad. Para hacernos una idea, esas diluciones llegan a ser tan elevadas (se pasa una gota de sustancia a un bote con agua, se agita, se pasa una gota a otro bote, se agita... así varias veces), que el resultado final es como echar una gota de la sustancia original a un lago, al mar o (va en serio) a un recipiente con agua del tamaño del Sistema Solar. Imagínate que te estás bañando en Alicante, se acerca un individuo y te dice que bebas un trago de agua, que ha echado unas gotas de tal sustancia al mar cuando estaba en Venecia, y que por tanto el Mediterráneo es medicinal. Eso es, salvo que los homeópatas dicen que entre diluciones el bote se agita vigorosamente, y que en ese proceso la sustancia (que no tiene nada que ver con la enfermedad) "enseña" al agua a curar. Por eso aunque en las últimas diluciones pueda no quedar ni una molécula de la sustancia original, ese agua cura.
Eso es la homeopatía y no otra cosa (en este dossier hay más y mejor información, o en este otro sitio, en inglés). A propósito, a veces ese agua se usa para empapar unas bolitas de lactosa, las cuales se toman como pildoritas, con igual efectividad.
La homeopatía no cura, ni hace nada (a menos que seas intolerante a la lactosa de las pildoritas). En ningún estudio científico bien hecho (que en realidad es lo de toda la vida, comprobar si algo funciona o no) se ha comprobado que la homeopatía sirva para nada.
Volviendo a nuestro estudio de portada, tengo una búsqueda de PubMed que básicamente me busca todas las semanas los trabajos científicos que han salido sobre las mitocondrias de los espermatozoides. Las mitocondrias son una parte de las células que se encargan, entre muchas cosas, de producir energía. Los espermatozoides ya sabemos lo que son. Pues bien, me encuentro con este resultado:

Effects of two homeopathic complexes on bovine sperm mitochondrial activity.

Aziz DM, Schnurrbusch U, Enbergs H.

Homeopathy. 2012 Apr;101(2):99-102.

PMID: 22487369 [PubMed - indexed for MEDLINE]
Sí, la revista Homeopathy está indexada en PubMed, lo que no significa que sea científica o que lo que contiene tenga ninguna validez. Pero me gusta curiosear cuando me llega algo así. Más que nada, porque si fuese verdad lo que pone en esos artículos me faltaría tiempo para escribir a los autores y decirles: "Oye colega, vete ya a solicitar un premio Nobel, que te lo has merecido". Y es que si la homeopatía funcionase sería una revolución tal en la ciencia que habría que inventar un premio nuevo. Así son las cosas.
¿Funciona entonces la homeopatía? Bien, parece que esos autores dicen que al mantener a los espermatozoides 30 min en un medio al que se le añadía un "remedio" homeopático, la actividad mitocondrial se veía estimulada (no así en otras variables como la viabilidad o el estado del ADN). Un resultado impactante, si tenemos en cuenta lo que dije antes: las sustancias "activas" en un "remedio" homeopático se diluyen tanto que no deberían quedar muchas moléculas (o ninguna) en la dilución final.
¿O no es así?
Veamos la composición de estos "remedios":
  • Ubichinon compositum© (ampollas de 2,2 ml), conteniendo 0,022 mL de cada una de estas sustancias: Coenzyme Q10 D10, Acidum ascorbicum D6; Thiaminum hydrochloricum D6, Natrium ribroflavinum phosphoricum D6, Pyridoxinum hydrochloricum D6; Nicotinamidum D6, Vaccininum myrtillus D4, Colchicum D4, Podophyllum D4, Conium D4, Hydrastis D4, Galium aparine D6, Acidum sarcolacticum D6, Hydrochinonum D8, Acidum alpha-lipoicum D8, Sulfur D8, Manganum phosphoricum D8, Natrium diethyloxalaceticum D8, Trichinoylum D10, Anthrachinonum D10, Napthochinonum D10, para-Benzochinonum D10, Adenosinum triphosphoricum D10, Coenzymum A D10, Acidum acetylosalicylicum D10, Histaminum D10, Nadidum D10, Magnesium gluconicum D10.
  • Coenzyme compositum ad us. vet.© (ampollas de 5 mL), conteniendo 0,05 mL de cada una de estas sustancias: Acidum ascorbicum D6, Natrium ribroflavinum phosphoricum D6, Thiaminum hydrochloricum D6, Pyridoxinum hydrochloricum D6, Nicotinamidum D6, Acidum cis-aconiticum D8, Acidum citricum D8, Acidum fumaricum D8, Acidum a-ketoglutaricum D8, Acidum malicum D8, Acidum succinicum D8, Barium oxalsuccinicum D10, Natrium pyruvicum D8, Cysteinum D6, Pulsatilla pratensis D6, Hepar sulfuris D10, Sulfur D10, Adenosinum triphosphoricum D10, Nadidum D8, Coenzymum A D8, Beta vulgaris var. conditiva D4, Natrium diethyloxalaceticum D6, Manganum phosphoricum D6, Magnesium oroticum D6, Cerium oxalicum D8, Acidum alpha-liponicum D6.
¿Se entiende algo? No es inglés, sino latín. Resulta que los homeópatas llaman a las sustancias en latín, tal vez porque así suena más importante. Si en vez de decir sal de mesa dices natrium muriaticum (verídico), como que queda mejor, ¿verdad?
Una vez explicado esto, vayamos a por las diluciones. La D es una manera que tienen los homeópatas de expresarla. Uno parte de una solución concentrada (tintura madre) y la diluye tantas veces. La D indica que se ha diluido 10 veces según el número que sigue. Es decir, D6 indica que se ha diluido 1 millón de veces (10x10x10x10x10x10, es decir, 10 a la sexta potencia). Es curioso, porque los homeópatas suelen preferir las C, que indican "centesimales". Es decir, que se diluye cien veces según el número que sigue. Aquí, C6 sería una dilución de 10 elevado a 12 (un 1 con 12 ceros detrás, considerable).
Y aquí es donde paré y elevé una ceja, porque podemos ver bastantes D10 (muy pero que muy diluido), pero también muchos D4. Diluir algo 10.000 veces (D4) o 1.000.000 veces (D6) parece bastante, pero en biología no lo es tanto. Yo mismo en el laboratorio realizo diluciones mucho más elevadas, y vaya que si tienen actividad las sustancias químicas.
Nótese además que se indica la dilución, pero no la concentración de la que partimos. Volviendo a la sal de mesa (perdón, natrium muriaticum) no es lo mismo si parto de sal pura que si tengo una solución de 10 g de sal en 100 mL de agua, o si parto de 1 g de sal en 1 L de agua.
Bien, consideremos simplemente que se parte de soluciones bastante concentradas. Pongamos, de 1 mol por litro. Aquí me vais a permitir que use esta palabra, "mol", que es el estándar en química y biología para hablar de cantidad de sustancia. Un mol es más o menos un 6 con 23 ceros detrás de moléculas de una sustancia. Una cantidad impresionante, pero que apenas pesa unos gramos. Por ejemplo, un mol de sal pesa solo unos 58 gramos. ¿Por qué usamos esta unidad y no gramos u otras? Para no extendernos mucho, diré que por motivos prácticos. Al final, se trata de trabajar con moléculas y ver cómo interaccionan, por lo que interesa utilizar una unidad que está directamente relacionada con el número de moléculas.
Bien, por fin llego a lo que quería contar. Consideremos que la "tintura madre" de la que se parte está a 1 mol por litro (tampoco excesivamente concentrado). Si diluimos 1.000.000 veces (la D6) nos quedamos con 0,000001 moles por litro, es decir, 1 micromol por litro. Esto de micro parece ser bien poco, y lo es, pero a efectos de productos con actividad biológica es más que suficiente para causar efectos. Es más, diluyamos 1000 veces más (en la jerga del artículo llegaríamos a D9) y estaríamos en 1 nanomol por litro, ¡e incluso a más dilución muchas sustancias tienen un efecto más que apreciable! En el laboratorio trabajar con milimoles, micromoles y nanomoles por litro es lo típico.
¿Y qué tenemos en esas recetas a D4 y D6? Pues bastantes vitaminas y extractos de plantas. Por ejemplo:
  • Acidum ascorbicum (a D6) es la vitamina C, un potente antioxidante.
  • Thiaminum hydrochloricum (D6) es tiamina, vitamina B1, que precisamente es importante en el metabolismo energético (relacionado con la mitocondria).
  • Riboflavinum, Pyridoxinum, Nicotinamidum (D6) son latinizaciones de moléculas llamadas cofactores, y de nuevo, relacionados con la mitocondria.
  • Colchicum, Podophyllum, Conium, Hydrastis, Vaccininum, Pulsatilla, Beta, a D4, son extractos de plantas medicinales.
Algunas de estas sustancias (las que corresponden a las plantas medicinales) son típicas de otros preparados homeopáticos, pero se diluyen muchísimo más (C4 —D8— o superior). A esas diluciones no hay un efecto medicinal. Dudo mucho que los preparados que se utilizan en este artículo tengan un efecto real si se ingieren oralmente, pero estoy seguro de que añadidos directamente a espermatozoides van a tener un efecto farmacológico.
Y esto es lo que observan los autores. Añaden vitaminas, cofactores y extractos de plantas medicinales y, en algunas combinaciones, obtienen algo más de actividad mitocondrial. A propósito, mediante un método que no me convence para nada. Generalmente, uno añade a las células un compuesto que emite fluorescencia cuando la mitocondria es activa, y obtiene la proporción de células con fluorescencia alta. Aquí, lo que los autores muestran es la cantidad media de fluorescencia. Cuanto menos sospechoso.
En conclusión, los autores intentan hacernos creer que unos preparados homeopáticos tienen efecto sobre las mitocondrias de los espermatozoides, cuando lo más seguro es que estén viendo los efectos de vitaminas y otras sustancias a baja concentración.

Un último apunte. Realmente, la dilución final en el experimento es mayor, ya que en la ampolla cada sustancia está diluida 100 veces y los autores realizan otra dilución que no llega a 10 veces. En cualquier caso, seguimos hablando de concentraciones con actividad biológica, que explican los resultados del artículo sin necesidad de recurrir a la magia.

martes, 5 de junio de 2012

Un Campus más silvestre, por favor (To mow or not to mow)

Hoy ha tocado siega en el Campus de Vegazana. No podía tener peor aspecto...

Después de esto, el desierto.

Hasta hace poco, tal vez por falta de presupuesto, las zonas de césped del Campus estaban rebosantes de vida vegetal y flores. Algo parecido a esto:

Hagamos un poco de zoom y comparemos:


























Hacer que el césped reverdezca va a requerir agua (en veranito). Tendremos unas pocas margaritas y tréboles... La vegetación segada había surgido espontáneamente tras unas lluvias de primavera, con una diversidad y color apabullante. Tal vez sea por mis orígenes de biólogo, pero yo prefiero un Campus así:
¿Cuánto durará?


Para césped, dejemos la campa de delante de la cafetería (para qué queremos el césped si no, para sentarnos). ¿Nadie se atreve a dejar que el Campus se asalvaje un poco? ¡Permitamos que el monte entre en nuestras vidas!

miércoles, 4 de abril de 2012

Publicitando tus artículos: ResearchGate

Por una vez no voy a escribir despotricando sobre política científica (aunque los últimos presupuestos invitan a ello). Aprovecho un análisis estadístico de 200 iteraciones que va por la 15, y aún le queda.

¿Conocéis ResearchGate? Es una especie de red social para investigadores, más parecido a Linkedin que a Facebook. Allí puedes poner tus comentarios, participar en grupos, mostrar tu CV, crear tu red de colaboraciones y contactos. No es que lo actualice muy frecuentemente, pero es interesante y una buena idea.

Una de las cosas que más me han gustado es la posibilidad de usar tu página de publicaciones como repositorio de tus artículos. En pocas palabras, subir los manuscritos para que cualquiera que esté interesado se los pueda bajar. Por supuesto, a menos que el artículo sea Open Access, no puedes subir la última versión publicada por la revista en cuestión. ResearchGate te informa, en base a la información bibliográfica, qué es lo que te permite la editorial. Algunas no te dejan compartir en absoluto (shame on you!), pero la mayoría permiten poner a disposición una versión "pre-print" o "post-print" del artículo. En pocas palabras, este es el borrador del artículo antes o después de enviarlo a la revista para su evaluación (no incluye las pruebas de imprenta, que ya están procesadas por el editor). Es decir, no es el artículo tal como se ve en la revista, pero es una solución si alguien está interesado en conocer tus resultados.

Aquí os dejo un enlace a mi página de publicaciones, donde tengo la mayor parte de mis artículos disponibles para bajar. Vale la pena probarlo.

viernes, 24 de febrero de 2012

¿Quieres hacer una tesis?

Es difícil aconsejar sobre esto en estos tiempos que corren. Para los valientes, va este post que he encontrado hoy mismo:

How To Start Your PhD The Right Way

by in PhD
You have just finished your undergraduate studies, or perhaps you have been working in the field for a while, you are full of energy and zest and you want to prove to the world that you are carved from the right stone to pursue PhD studies.


Si me pidiesen destacar algo basándome en mi experiencia, os aconsejo:
  • Elegid con mucho cuidado al grupo en el que pensáis hacer la tesis, máster, tesina, lo que sea. Desgraciadamente, abundan los grupos (mal) dirigidos por gente mediocre, abusadora o, simplemente, malas personas. No os dejéis engañar por lo interesante que pueda parecer el tema o las sonrisas de los primeros días. Preguntad a la gente que esté ya en el grupo, mirad si están a gusto (el mal ambiente se nota a la legua), lo que se dice del grupo. Si os gusta mucho un tema y está copado por un grupo que tiene mala fama, no tengáis miedo de ir a otro centro de investigación. Moverse es lo normal, y en otros países es usual hacer la tesis o el máster en un centro distinto al del grado. Y ante cualquier signo de abuso o mal rollo, denunciad e iros. La vida del doctorando está llena de segundas oportunidades.
  • Buscad consejo de gente que esté ya con la tesis o el máster. Preguntad en foros, buscad al amigo de aquel colega que está haciendo la tesis, o a ese conocido de la promoción anterior y que se metió en un máster. Averiguad si la calidad de los másters o de la investigación es buena. Conoced de verdad el mundo en el que os vais a meter, sus entresijos y todo aquello de lo que uno no se entera. Una gran idea es empezar a colaborar con un grupo de investigación antes de acabar la carrera.
Y ante todo, mucha suerte. Ahora hay menos oportunidades para conseguir financiación (becas, contratos). Pero ánimo, con algunas opciones (becas FPI), la nota no lo es todo.

martes, 27 de septiembre de 2011

Timos científicos, o a científicos


Todos sabemos lo que es el spam. Lo que no es tan conocido es que los investigadores sufrimos un tipo muy especial de spam. No hablo de la publicidad de aparatos de laboratorio o de enzimas más eficientes, sino de otros, que pretenden una estafa bien evidente.

El primer tipo son aquellos que invitan a un congreso, hasta entonces desconocido por el destinatario, frecuentemente en algún destino exótico y atractivo. Lo que esconden estos congresos son unas desorbitadas tasas de inscripción y un nulo valor científico. Efectivamente, hay empresas que se lucran creando congresos. Demasiado dinero para una línea en el CV por haber asistido al "Simposio sobre la endometritis en la oveja afgana".

Hay otro tipo de spam congresil, un poco distinto. Generalmente, aprovechan un artículo publicado recientemente como excusa para "invitar" a dar una charla. Se alaba el gran nivel científico del artículo, y el congreso suele estar ubicado en China o Irán. En este caso, no se trata de cobrar (en principio), sino de atraer a investigadores extranjeros para aprovechar y dar cierto prestigio al congreso.

En otro nivel están los e-mails que invitan a publicar en una u otra revista. Suele tratarse de editoriales creadas para ganar dinero a base de inventar una revista tras otra o de editar libros sobre los más variados temas. Un ejemplo ya bastante conocido es Bentham Publishers (hay otro análisis sobre el spam de esta editorial y otras). Con la excusa de publicar con Open Access, se cobran cantidades considerables (más de 500 € por publicar un capítulo de libro y miles de euros por un artículo en una revista). Y eso si no apareces de repente en el comité editorial de una de esas revistas, sin recordar si diste tu permiso.

Un clásico son publicaciones como Who is Who, y similares. Afortunadamente, no cobran nada por incluirte en sus recopilaciones, pero al poco de enviar los datos que te solicitan, empieza el bombardeo para que compres el libro. Efectivamente, esa es la historia, contribuyes a publicar un libro que luego te quieren vender. Si ignoras el bombardeo de e-mails, cartas e incluso llamadas telefónicas, se acaban cansando.

La sorpresa ha venido esta semana. Un nuevo nivel de sofisticación que no esperaba. Me pasan una circular que dice así:
Nos ponemos en contacto con vosotros con motivo de la próxima publicación de la Agenda Sci+d 2012 para el personal científico en España.
Una agenda con la que podéis estar informados de todos los eventos científicos de interés (conferencias, cursos, ferias,...) y que, además, reúne a 366 investigadores y técnicos, uno por cada día del año, sus proyectos y publicaciones.
Sci+d “ Servicios para la ciencia, investigación y desarrollo” es una entidad española de apoyo a la investigación formada por un grupo de profesionales científicos, investigadores y técnicos.
La aparición en esta agenda es voluntaria y proporciona beneficios como la publicitación de vuestro proyecto, la visibilidad de vuestra labor, la concentración de información y el contacto con otros profesionales de vuestro sector.
En principio, nada que reprochar, una buena manera para darse a conocer.
Además se realizará un sorteo entre los 366 investigadores y técnicos que formen parte de la Agenda Sci+d 2012 de 300.000€ para ayudar a financiar vuestros proyectos.
Si todo eso va a una sola persona, es mucho dinero. Mucho más que lo que solemos recibir los investigadores para desarrollar un proyecto normalito.
El precio de inscripción para 2012 es de dos cuotas de 90 € cada una o una sola cuota reducida de 150€, beneficiándose así de un descuento de 30€.
Vaya, esto me suena. Sí, igual que los congresos prefabricados y las publicaciones de dudoso honor. A propósito, si la cuota es de 150 € y hay 366 participantes como máximo:
150 € x 366 = 54.900 €

No se puede dudar de que son unos filántropos, ponen 250.100 € para el premio del sorteo. Para tener tal capacidad financiera, no hay nada en Internet relacionado con esta Sci+d, excepto esta página:
http://halteniarazon.blogspot.com/2011/09/los-ricos-nigerianos-ahora-invierten-en.html

Que, básicamente, llega a la misma conclusión que yo: otro timo (no hacía falta ser Einstein para esto).

Así que, colegas científicos, mucho ojito, que vienen a estafarnos.

miércoles, 16 de marzo de 2011

Remedio homeopático contra el dolor de barriga

Si os habéis dado cuenta, cuando el hambre ataca de veras, la barriga duele. Puede doler de veras, ¡seguro que os ha pasado a todos!

En esas estaba el otro día, con un hambre de mil diablos. Y como era la hora de la merienda, me puse a comer unos ricos bollos. La verdad es que con el primero desapareció el incómodo dolor pero, como estaba en plan goloso, seguí con otro y con otro...

Hasta que el dolor volvió, esta vez por hartazgo. Pero mientras me debatía entre retortijones se me apareció Samuel Hahnemann, y me dio la inspiración para desarrollar un remedio para librar al mundo de uno de sus más terribles males, ¡el dolor de barriga!
Si me como un bollo, el dolor de barriga desaparece, pero si me como muchos, vuelve a aparecer, mayor aún si cabe. Por lo tanto, es lo mismo lo que cura que lo que causa el dolor, y cuando lo consumo en cantidades menores, es cuando su capacidad curativa es mayor.
Así que, animado por esta idea maravillosa (y tras varias horas de dificultosa digestión), tomé una migaja de uno de los bollos y la eché en una botella de plástico que tenía medio llena con agua. La tapé bien y me lié a darle golpes contra la mesa. Cincuenta o incluso más, que había que transmitir bien la mística energía del indigesto bollo al agua (nunca se sabe, por su naturaleza porosa). Busqué otro recipiente adecuado, y esta vez localicé un túper que cerraba bien. Lo llené con agua del grifo y le pasé medio taponcito del agua de la botella. Repetí el golpeteo y el traspaso de líquido al menos una docena de veces, hasta que sentí que el líquido casi palpitaba con las medicinales vibraciones.

Ahí estaba, el remedio definitivo contra el dolor de barriga. Mi contribución al bien de la humanidad había tenido éxito.

Sé que hay muchos incrédulos, cuyas mentes son de tal cortedad que no pueden entender los milagros de la homeopatía. Pero funciona, y lo he comprobado definitivamente. Ahora, cada vez que siento ese horrible dolor de estómago por la tarde, echo unas pocas gotas (dos o, como mucho, tres, así de poderoso es el remedio) sobre un bollo y me lo como. Con una rapidez asombrosa el dolor remite. Siempre. Que vengan los escépticos y demuestren que miento.

sábado, 12 de marzo de 2011

Errores comunes en la escritura de números y unidades

Continuamente tenemos que manejar números sobre distintos conceptos: lo que cobramos cada mes, el número de aciertos en la lotería, nuestro nivel de colesterol, etc. Es fácil asumir que la representación correcta y exacta de los números y unidades (qué se está midiendo) es un asunto muy importante: no es lo mismo que tengamos que pagar 100 euros que 100 yenes, pero es lo mismo comprar 500 mL de leche que 0,5 L (pero, obviamente, no es lo mismo 0,25 L que 2,5 L).

En ciencia la corrección que se debe buscar al representar cantidades es aún más importante. Debe ser absoluta, y para asegurarlo hay una serie de normas. Estas normas no existen porque sí, sino precisamente para que no haya confusión al intercambiar información. En caso de que las cantidades no se representen correctamente, tanto su magnitud (es decir, el número) como sus unidades (es decir, qué se está midiendo), pueden suceder cosas malas. Desde la incomodidad que representa el leer medidas mal representadas en los apuntes de un colega, hasta auténticos desastres. ¿Os acordáis de la Mars Climate? Aquí podéis leer un buen resumen de lo que sucedió, y el por qué: http://centros5.pntic.mec.es/ies.victoria.kent/Rincon-C/Curiosid/Rc-6/RC-6.htm

A propósito, que todos deberíamos utilizar las unidades del Sistema Internacional, adoptado por todos los países excepto USA, Liberia y Myanmar. Precisamente, la pereza de los USA por adoptar el sistema nos trae no pocas complicaciones (¿cuántos no tenemos multitud de objetos basados en pulgadas, psi, etc.?). Más información sobre el nunca bien ponderado SI: http://en.wikipedia.org/wiki/International_System_of_Units

Pues sí, los países en rojo aún no han adoptado el Sistema Internacional, y así estamos (cabezones).

Realmente, las normas de escritura de unidades y números son bastante pocas, bastante lógicas y bastante útiles. Hace tiempo que encontré una excelente recopilación que se lee en un momento, y que, afortunadamente, veo que sigue accesible: http://personal.telefonica.terra.es/web/pmc/ (¡gracias, don Pedro!). De ese sitio resalto este párrafo:
No considero «ignorante» a quien no sabe -cada cual tiene sus medios de aprendizaje- sino a aquel que pudiendo saber, no sabe... Yo ponía la coma decimal «arriba» porque así me lo enseñaron... hasta que leí que no era así; en mi condición de profesor, y no sin esfuerzo, cambié sin dejar de tener presente que las normas UNE no obligan a nadie.
No puedo dejar de estar más de acuerdo con el autor. Al contrario que en el cumplimiento de la ley (su ignorancia no exime de su cumplimiento, y al que no cumple se le castiga), no hay pecado en cometer incorrecciones al escribir unidades (aunque algunas sean de un calibre como para llevarse las manos a la cabeza —aguantemos la tentación). Pero más que pecado es insistir, por cabezonería, en cometer errores una vez que se conoce la manera correcta.

Y sin retractarme de lo anterior, es mi opinión que el deber de todo investigador asegurarse de que lo que hace lo hace bien, incluyendo aquello que comunica.

Y ahora, los errores que me vienen ahora a la cabeza como más comunes:
  • Utilizar el apóstrofe (la coma elevada) en vez de la coma para separar decimales. Este es un típico error que se perpetúa de profesores (de todos los niveles) a alumnos, algunos de los cuales llegan a ser profesores, cerrando el ciclo. En vez de escribir 2'5, se debe escribir 2,5. De hecho, aunque personalmente no me gusta, se podría escribir 2.5 (la llamada notación internacional), pero no hay que olvidar que lo normativo en España es la coma. En resumen: el apóstrofe no se debe utilizar para separar la parte entera de la parte decimal.
  • No poner espacio entre números y unidades. Este error "menor" se comete a menudo, y eso que (si no recuerdo mal) sólo hay una excepción, el símbolo de porcentaje (%) y los grados, minutos y segundos para ángulos planos (por ejemplo, 45° 3' 7"). Siempre debe haber un espacio de separación entre números y unidades. Como curiosidad, en los procesadores de texto existe un "espacio de no separación", que impide que números y unidades queden en distintas líneas de texto (aquí, cómo se puede generar fácilmente en distintos programas).
  • El jaleo con los grados de temperatura. Digo jaleo, porque los errores son muy variados, seguramente porque tenemos cuatro elementos en este caso: el número, el espacio, el símbolo de grado y la letra que indica el tipo de escala. Para ir al grano, pongamos la correcta: el símbolo del grado Celsius es °C, así, con el ° siempre asociado a la C, nunca separado. Entre el número y el símbolo se debería poner un espacio, aunque se perdona a menudo (de hecho, en muchas publicaciones, especialmente anglosajonas, se suele poner junto). Así, veinticinco grados Celsius se escribe como 25 °C. Recientemente vi una barbaridad (era una barbaridad porque venía de un corrector de textos técnicos, concretamente de patentes), tal como "la temperatura óptima es de 25°-60°C". De hecho, la manera correcta de escribir algo así sería "la temperatura óptima es de 25 °C a 60 °C".
  • Escribir gr., gr, g., Kg., kg., Kg, Km, hr, sec, seg. En las normas de escritura de unidades se indica que el símbolo de kilo (es decir, 103) es la k, (no la K), el símbolo del gramo es la g, de la hora es la h y del segundo es la s (pero el del minuto es min). Como son unidades, no llevan nunca punto (excepto para cerrar la frase, como en la frase anterior). El utilizar K para kilo es un error bastante extendido (incluso en indicaciones oficiales, como señales), aunque, en general, no lleva a confusión. Pero en el caso del gramo, resulta que gr es abreviatura de grano (una unidad tradicional admitida por el SI). Otros errores podrían acarrear consecuencias más graves, como usar M para mili (10-3), cuando es el prefijo de mega (106), o Tm como abreviatura de la tonelada métrica (megagramo, Mg), ya que es la unidad del terámetro (1012). Es una pena que algunos de estos errores sean propiciados por muchas revistas científicas, que admiten, e incluso exijen, utilizar hr y sec en vez de sus homólogos SI.
  • Utilizar el apóstrofe simple y doble (4' 30") para representar minutos y segundos de tiempo. Como mencioné arriba, se utilizan para representar fracciones de grado en ángulos planos. Para el tiempo se debe utilizar min y s.
  • No poner un 0 (cero) delante de cifras que carecen de parte entera (por ejemplo, 0,4534). El cero inicial ayuda a leer la cifra y evita equivocaciones (¡pensemos en publicaciones con tipos de letra pequeños, impresas con poca tinta o en personas con poca agudeza visual!). Aquí tengo que lamentarme otra vez por todas esas revistas que aún obligan a escribir las cifras sin parte entera sin el cero inicial.
Hay muchos más errores, pero sólo quiero resaltar los más comunes. Como dije anteriormente, no hay motivo alguno de vergüenza si uno se da cuenta de que ha estado escribiendo incorrectamente estas unidades. Todos (incluyendo un servidor) nos dimos cuenta un buen día de que la manera normalizada era otra.